Dos años después de estrellarse en el pop con un beso de despedida sin precedentes en “Munch (Feelin’ U)”, Especias de hielo finalmente ha presentado su álbum debut: la oportunidad largamente esperada de la joven rapera del Bronx, se supone que debemos entender, de demostrar que es más que una simple creadora de éxitos virales.
Eh, ¿para qué molestarse?
Esa es la onda despreocupada -y el atractivo nada desdeñable- de “Y2K!”, en la que Ice Spice pasa 23 minutos describiendo 10 canciones sobre sexo, competencia y el cálculo frío de la infidelidad: “Si él me engaña, yo le hago algo peor”, razona. “No me importa porque él lo hizo primero”.
Ice Spice, que se sumó instantáneamente a la larga lista de grandes voces de la ciudad de Nueva York, llegó en 2022 con una actitud indiferente que se adapta perfectamente a la presentación en bocados de TikTok. Desde entonces, llegó al top 5 con PinkPantheress, fue a “Barbie World” con Nicki Minaj, obtuvo cuatro nominaciones a los Grammy y se hizo amiga de nada menos que Taylor Swift. (Incluso filmó un comercial de Dunkin’ Donuts con Ben Affleck). Sin embargo, todavía suena completamente poco impresionada en “Y2K!”, como si la celebridad mundial hubiera resultado ser… suspiro —Una irritación más.
“Todo el mundo sabe mi nombre”, señala en “BB Belt”. “Solo quiero el dinero, no quiero la fama”.
Lo que hace que este enfoque funcione es la forma en que toca su flow bajo y hablador contra los ritmos de su productor RiotUSA, que pueden ser gélidos y amenazantes (como en “Oh Shhh…” y “BB Belt”) o alegres y vivaces (como en “Think U the S— [Fart]” y “Did It First”). Su vívida producción tiene sus raíces en el ejercicio, pero también incluye rastros de trap y club de Jersey; juntos, él y Ice Spice saben cómo convertir una frase improvisada —“Fat butt, pull my pants up” es una de ellas— en un estribillo perversamente pegadizo, y luego cómo convertir ese estribillo en una especie de mantra de bajo nivel.
Además de Central Cee, Travis Scott y Gunna aparecen como invitados en “Y2K!”, cuyo título hace referencia a la fecha de nacimiento de Ice Spice, el 1 de enero de 2000. Ambos están bien, aunque el murmullo borroso de cada rapero tiende a desvanecerse en el fondo detrás del nítido descontento de Ice Spice.
¿Acaso “Y2K!” en última instancia resulta un poco insignificante por el tiempo que ha tardado en materializarse? Seguro. Sin embargo, la cualidad de descartable del álbum es en realidad bastante refrescante en un año de extravagancias pop elaboradamente concebidas como “Y2K!” de Beyoncé.Vaquero Carter” y Swift “El Departamento de los Poetas Torturados.” A diferencia de su amiga, que tiene una larga lista de ex novios molestos, Ice Spice no lleva ninguna carga perceptible en estas cancioncillas burlonas. Está flotando en la indiferencia.